Al
entender de los médicos, estoy obsesionado por la productividad
laboral. No me permito la imperfección y soy muy poco generoso
conmigo mismo.
A ojos de la sociedad (sobre todo de mis jefes), no cumplo con mis obligaciones y objetivos. No asumo la responsabilidad del trabajo.
A ojos de la sociedad (sobre todo de mis jefes), no cumplo con mis obligaciones y objetivos. No asumo la responsabilidad del trabajo.
Toma
ya.
¿Cómo narices conciliar una cosa con la otra?
Los médicos encontraron una explicación dentro de las coordenadas de la sociedad: el perfeccionismo compulsivo y exceso de preocupación por el trabajo conduce a un resultado contrario al que se espera: boicot del trabajo y, como resultado de éste, incumplimiento de los plazos, calidades o cantidades exigidas.
Yo tengo otra explicación, y ésta exige salirse un momento de nuestra sociedad para verla con perspectiva.
En nuestra sociedad, nos enfrentamos a constantes y agobiantes exigencias que además suelen ser abstractas: “no eres competitivx”, “no eres eficiente”, “te falta productividad.” Digo que son abstractas porque no nos están diciendo “se ha caído un puente porque no has sido lo suficientemente competitivx”, “una persona enferma no se ha curado porque no has sido lo suficientemente eficiente” o “este mueble ha quedado cojo porque no has sido lo suficientemente productivx”. Qué va. Hablar de causas y efectos, como acabo de hacer a través de estas tres frases de ejemplo, tiene sentido, es algo espontáneo. Pero lo que la sociedad hace es decirnos “no eres competitivx, eficiente o produtivx”, así, en abstracto. O por ejemplo “no eres responsable/profesional” (¡ay Los profesionales..!) En resumen, críticas que recibimos como JUICIO de nuestra actitud, de nuestras circunstancias. Muchas veces hasta se pierde de vista el objetivo; el caso es criticar, juzgar, evaluar.
¿Cómo narices conciliar una cosa con la otra?
Los médicos encontraron una explicación dentro de las coordenadas de la sociedad: el perfeccionismo compulsivo y exceso de preocupación por el trabajo conduce a un resultado contrario al que se espera: boicot del trabajo y, como resultado de éste, incumplimiento de los plazos, calidades o cantidades exigidas.
Yo tengo otra explicación, y ésta exige salirse un momento de nuestra sociedad para verla con perspectiva.
En nuestra sociedad, nos enfrentamos a constantes y agobiantes exigencias que además suelen ser abstractas: “no eres competitivx”, “no eres eficiente”, “te falta productividad.” Digo que son abstractas porque no nos están diciendo “se ha caído un puente porque no has sido lo suficientemente competitivx”, “una persona enferma no se ha curado porque no has sido lo suficientemente eficiente” o “este mueble ha quedado cojo porque no has sido lo suficientemente productivx”. Qué va. Hablar de causas y efectos, como acabo de hacer a través de estas tres frases de ejemplo, tiene sentido, es algo espontáneo. Pero lo que la sociedad hace es decirnos “no eres competitivx, eficiente o produtivx”, así, en abstracto. O por ejemplo “no eres responsable/profesional” (¡ay Los profesionales..!) En resumen, críticas que recibimos como JUICIO de nuestra actitud, de nuestras circunstancias. Muchas veces hasta se pierde de vista el objetivo; el caso es criticar, juzgar, evaluar.
En
una sociedad donde este tipo de socialización está tan enraizado,
no es de extrañar que mucha gente se quede atrás (en realidad,
siempre que la vida se plantea como una carrera o competición, mucha
gente quede atrás por definición).
Entre
ellos, las personas que cuentan con determinada discapacidad física,
intelectual o de la índole que sea.
Tras unos cuantos siglos de lucha, una determinada discapacidad consigue el reconocimiento. Entonces, por ejemplo, la sociedad toma la discapacidad física como contraejemplo (de superación y consecución de una productividad, competitividad, responsabilidad y eficiencia a pesar de las dificultades) y señalar a otrxs como ineficientes, no competitivxs, irresponsables, ineficaces...
Por cierto, a propósito del trabajo, decir que... aporta el sustento, aporta la posibilidad de conocer gente, socializar y despejarse la cabeza, etc. etc. Aporta varias cosas buenas. Pero lo que es dignificar, no dignifica. Un ser humano es igual de digno tenga trabajo o no.
Esto parece obvio pero..cuidado con las trampas del lenguaje. Con ellas se va moldeando, fraguando toda una cultura...empezamos por aceptar que el trabajo dignifica y acabamos aceptando como algo natural que, aparte del esfuerzo que conlleva el desempeño del trabajo en sí, haya que darse de hostias con el de al lado para conseguir un puesto de trabajo, el que sea y donde sea (Laponia, etc.)
En otras palabras, se va convirtiendo a los curritos al pensamiento conservador de la burguesía. Tras unos cuantos siglos de lucha, una determinada discapacidad consigue el reconocimiento. Entonces, por ejemplo, la sociedad toma la discapacidad física como contraejemplo (de superación y consecución de una productividad, competitividad, responsabilidad y eficiencia a pesar de las dificultades) y señalar a otrxs como ineficientes, no competitivxs, irresponsables, ineficaces...
Por cierto, a propósito del trabajo, decir que... aporta el sustento, aporta la posibilidad de conocer gente, socializar y despejarse la cabeza, etc. etc. Aporta varias cosas buenas. Pero lo que es dignificar, no dignifica. Un ser humano es igual de digno tenga trabajo o no.
Esto parece obvio pero..cuidado con las trampas del lenguaje. Con ellas se va moldeando, fraguando toda una cultura...empezamos por aceptar que el trabajo dignifica y acabamos aceptando como algo natural que, aparte del esfuerzo que conlleva el desempeño del trabajo en sí, haya que darse de hostias con el de al lado para conseguir un puesto de trabajo, el que sea y donde sea (Laponia, etc.)
Soy consciente de que muchas personas, al leer todo esto, dirá: "hay que ver las excusas que se saca este tío para justificar su incompetencia".
Esa postura me es muy conocida. Es un reflejo vivo del miedo que inspira la consciencia. "Todos a trabajar irreflexivamente y sin levantar la cabeza, a salvo de los pensadores y revolucionarios."
Claro, es un planteamiento que podía funcionar mientras se mantenía el espejismo del estado picepaeduserimista del bienestar...pero ahora, con todo manga por hombro también en Europa, hasta el más digno y exclusivo burgués entenderá que la gente se empiece a plantear si realmente la solución está en trabajar como descosidos para los bancos, multinacionales y mafias, sin pensar en nada.
Esa postura me es muy conocida. Es un reflejo vivo del miedo que inspira la consciencia. "Todos a trabajar irreflexivamente y sin levantar la cabeza, a salvo de los pensadores y revolucionarios."
Claro, es un planteamiento que podía funcionar mientras se mantenía el espejismo del estado picepaeduserimista del bienestar...pero ahora, con todo manga por hombro también en Europa, hasta el más digno y exclusivo burgués entenderá que la gente se empiece a plantear si realmente la solución está en trabajar como descosidos para los bancos, multinacionales y mafias, sin pensar en nada.
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