defensa vegana

 los animales... esos amigos míos del alma que tanto sufren a causa de la barbarie de nuestra especie, que tienen sentimientos, pensamientos y sentidos igual que los nuestros, y que, a diferencia de nosotros, nunca hacen daño a otros seres vivos premeditadamente.
Me gusta escribir sobre ellos; sobre sus derechos y sobre la interconexión espiritual que les une a mí por el mero hecho de ser conscientes.

pero hoy, más que escribir en su defensa, tengo que escribir en defensa de quienes los defendemos.
Yo llevo varios años incorporando la defensa de los animales a mis hábitos  de consumo. A lo largo de este tiempo, he puesto cosas en internet explicando por qué creo que es mejor respetar a los animales, he participado en unas pocas actividades de difusión convocadas por organizaciones que se dedican a esto, y en algún encuentro social he expresado opiniones al respecto de manera tímida, repetuosa y con mucho cuidado de no hacer sentir mal a nadie.

En general, también la actitud de mis amigxs no activistas ha sido muy respetuosa conmigo. Más abajo hablo de ello.

Algunxs han llegado a decir cosas como que "les gustaría ser como yo". Esta idea me parece que lleva detrás una trampa, un autoengaño. Si yo digo "qué bueno es Fulanito, qué sensibilizado; ojalá hubiera más gente como él y yo fuese uno de ellos", lo que estoy haciendo es inventarme una excusa para no decir "me gusta lo que hace Fulanito; a partir de ahora yo también lo voy a hacer."
Los planteamientos tipo "yo no puedo hacer lo que hace él", "yo no soy tan buena persona como él", etc. son estáticos, aceptan la premisa de que la actitud de una persona viene determinada de nacimiento e intentar cambiarla es una pérdida de tiempo. Estoy totalmente en desacuerdo, porque el ser humano es lo más dinámico que existe; somos agua y energía; si nos anclamos en pensamientos estáticos, estamos renunciando a gran parte de nuestra capacidad para vivir.

Si yo he llegado a planteamientos más sostenibles y conectados que otras personas, NO es porque sea "más bueno", ni "más solidario", ni más sensible o ingenuo que otras personas- rechazo todos esos argumentos estáticos y las excusas que hay detrás. He llegado por una razón muy sencilla: en mis circunstancias personales ha habido estímulos y experiencias traumáticas que podrían haberle ocurrido a cualquiera de vosotrxs, y entonces habráis llegado a los mismos planteamientos que yo.

Eso sí, hay una cosa que yo hago: si me fijo en que una persona hace algo que me gusta y me parece bueno para el planeta, yo adopto ese comportamiento.

Sólo una frase para las personas que se burlan de lxs veganxs o nos consideran gente ingenua, extremista, etc: os recomiendo la autocrítica; es algo que permite conectarse con la vida.
Mientras sigáis contribuyendo a ese Auschwitz diario de la leche, la carne y los huevos, quizá convendría que os juzgaseis menos la actitud de los demás.

Muchísimas gracias y muchísimas disculpas a las personas que sí son respetuosas.