Hace poco, un amigo lanzaba la siguiente idea en su facebook: ¿Es compatible el veganismo con el capitalismo? él planteaba que el veganismo es independiente de la política.
Yo pienso que sí hay cierta relación.
El veganismo es un “lujo” que no se pueden permitir las personas y corporaciones que mueven el sistema especulando, produciendo, generando riqueza artificial y necesidades artificiales. Como tampoco se pueden permitir otros “lujos” como la paz (estarían dejando de ganar los billones que mueve la industria armamentística), la salud física y mental de la gente (estarían “perdiendo” la tajada que sacan de la industria de los fármacos), y...suma y sigue. Lo anterior se puede generalizar: el capitalismo es productivista, su funcionamiento se basa en una generación de una “riqueza” que mide a través de algo tan sui generis como el crecimiento del PIB de los países (ya ni siquiera del PIB absoluto), y, por su propia definición, para funcionar necesita que constantemente se estén destruyendo cosas y creando otras nuevas. Para mantenerse en funcionamiento, necesita crecer indefinidamente (los grandes teóricos que le dieron forma a la teoría capitalista vivieron en una época en que todavía no nos preocupaba el hecho de vivir en un planeta de dimensiones finitas y recursos finitos), tiene crisis intrínsecas de sobreproducción, y para él las cosas valen mucho más procesadas, explotadas, generando valores añadidos, valor especulativo, plusvalías obtenidas del esfuerzo físico y mental de trabajadorxs alienadxs por la televisión, los mensajes políticos dogmatizantes o por el propio trabajo, que por el propio valor que les da la naturaleza en función de los nutrientes o del valor espiritual que contienen. O sea, la conexión que yo encuentro entre capitalismo y consumo de productos de origen animal no es ideológica o teórica, sino práctica: los animales, como los bosques, las masas de agua, los minerales, el trabajo de las personas o... las propias plantas (no olvidemos que en la producción de carne se consume mucha más materia vegetal que para consumo directo de los vegetales) son cosas en las que los capitalistas ven oportunidades de negocio, especulación, producción, financialización...y por tanto no quieren dejarlo en su estado natural porque estarían desaprovechando un “recurso” en una guerra (el capitalismo es constante competición por la supervivencia) donde cuentan con recursos limitados para ganar.
El socialismo de estado (marxismo, leninismo) y el comunismo libertario (anarquismo) no son veganos por definición, pero sí contemplan el veganismo porque éste es compatible con economías basadas en la satisfacción de las necesidades de las personas y no en la especulación. Por eso, sería mucho más fácil ser vegano y difundir el veganismo en un sistema socialista de estado o comunista que en un sistema capitalista.
Yo pienso que sí hay cierta relación.
El veganismo es un “lujo” que no se pueden permitir las personas y corporaciones que mueven el sistema especulando, produciendo, generando riqueza artificial y necesidades artificiales. Como tampoco se pueden permitir otros “lujos” como la paz (estarían dejando de ganar los billones que mueve la industria armamentística), la salud física y mental de la gente (estarían “perdiendo” la tajada que sacan de la industria de los fármacos), y...suma y sigue. Lo anterior se puede generalizar: el capitalismo es productivista, su funcionamiento se basa en una generación de una “riqueza” que mide a través de algo tan sui generis como el crecimiento del PIB de los países (ya ni siquiera del PIB absoluto), y, por su propia definición, para funcionar necesita que constantemente se estén destruyendo cosas y creando otras nuevas. Para mantenerse en funcionamiento, necesita crecer indefinidamente (los grandes teóricos que le dieron forma a la teoría capitalista vivieron en una época en que todavía no nos preocupaba el hecho de vivir en un planeta de dimensiones finitas y recursos finitos), tiene crisis intrínsecas de sobreproducción, y para él las cosas valen mucho más procesadas, explotadas, generando valores añadidos, valor especulativo, plusvalías obtenidas del esfuerzo físico y mental de trabajadorxs alienadxs por la televisión, los mensajes políticos dogmatizantes o por el propio trabajo, que por el propio valor que les da la naturaleza en función de los nutrientes o del valor espiritual que contienen. O sea, la conexión que yo encuentro entre capitalismo y consumo de productos de origen animal no es ideológica o teórica, sino práctica: los animales, como los bosques, las masas de agua, los minerales, el trabajo de las personas o... las propias plantas (no olvidemos que en la producción de carne se consume mucha más materia vegetal que para consumo directo de los vegetales) son cosas en las que los capitalistas ven oportunidades de negocio, especulación, producción, financialización...y por tanto no quieren dejarlo en su estado natural porque estarían desaprovechando un “recurso” en una guerra (el capitalismo es constante competición por la supervivencia) donde cuentan con recursos limitados para ganar.
El socialismo de estado (marxismo, leninismo) y el comunismo libertario (anarquismo) no son veganos por definición, pero sí contemplan el veganismo porque éste es compatible con economías basadas en la satisfacción de las necesidades de las personas y no en la especulación. Por eso, sería mucho más fácil ser vegano y difundir el veganismo en un sistema socialista de estado o comunista que en un sistema capitalista.
imagen: "Green Lenin" :)
(toque desenfadado para un tema muy serio)
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